Los Dólares están a un "click". Editorial de Héctor Huergo en Clarín Rural del 30/11/2013

  • Imprimir

La nueva conducción oficial ha dado muestras, en sus primeros pasos, que intentará promover el ingreso de divisas. Hasta el sorpresivo acuerdo con Repsol guarda relación con este objetivo. Según se dejó trascender, la presidenta dio la instrucción de prepararse para acudir al financiamiento internacional, y para eso hay que emprolijar varios frentes: Indec, holdouts, Club de París, etc. Y así, de pronto, hasta Kicillof aparece con posturas “pro mercado”. La necesidad tiene cara de hereje. Y la ideología sirve para ganar asambleas estudiantiles, no para resolver problemas.

Alguna vez, CFK dijo que le encantaría tener la máquina de imprimir dólares. Desde acá le respondimos que la tiene. Se lo decimos de nuevo: con solo un click, pueden llover miles de millones de dólares en el 2014. El click es en el botón de la agroindustria.

No es cierto que se haya terminado la onda favorable de los precios agrícolas. Los niveles de la soja, que es la que manda, están exactamente igual a los de noviembre del año pasado, excepcionales por una inédita pérdida de producción en el corn belt. Y eso que se recompusieron los stocks. Pero todavía hay que pasar por el peaje de la producción sudamericana. Recién se está sembrando y Chicago quiere ver para creer. De aquí a mayo solo bajan un 7%.

Lamentablemente perdimos el tren del maíz, donde los precios internacionales no ayudan tanto. Aquí nadie cree que los buenos niveles actuales, divorciados de Chicago por el desquicio que armaron entre Moreno y Yauhar (quien inventó 7 millones de toneladas para darle una inútil alegría a la presidenta), se puedan mantener cuando llegue la cosecha. Por eso siembran apretándose con los dedos la nariz.

Aunque es tarde, quizá una inmediata señal permita ganar algunas hectáreas adicionales de maíz. Con los buenos rindes que promete frente al panorama de perfiles bien recargados de humedad, pueden conseguirse 5 o 7 millones de toneladas adicionales, unos mil millones de dólares de yapa.

Pero la gran apuesta debiera ser el trigo 2014. Con señales concretas, como la eliminación de las retenciones (efecto cero en la recaudación y en la mesa de los argentinos, que pagó y seguirá pagando el pan más caro del mundo occidental) se pueden sembrar 2 millones de hectáreas más. Hay un paquete tecnológico dormido, con nuevas variedades de genética francesa, ya generalizadas, posibilidades de control de enfermedades, y la necesidad de rotación de cultivos y herbicidas. Condiciones óptimas para un cosechón, que sería muy bien recibido hasta por Brasil. Como consecuencia del default argentino, hoy está trayendo trigo de Estados Unidos y Canadá.

Conseguir más divisas vía carne vacuna, aviar y lácteos también es posible, pero no es inmediato. Son ciclos más largos, pero también es buen momento para empezar, porque no todo termina en el 2015.

También hay otra forma en la que el campo y la agroindustria pueden ayudar a obtener divisas. Es a través de la sustitución de importaciones de energía que se puede lograr, también con un click, ahora en la tecla de los biocombustibles. Si la soja sostiene su precio es gracias a la enorme demanda de harina. El precio subió un 50% el último año. Pero el aceite se derrumbó, como consecuencia de la caída de producción y exportaciones de biodiesel. Si se incrementa ya el consumo local, mediante el aumento del corte al 15% (como propuso el MinPlan el año pasado) se pueden ahorrar 500 millones de dólares de importaciones de gasoil. Y otros tantos si además se lo destina a la generación eléctrica. Lo mismo con el etanol: estuve esta semana en Brasil, haciendo más de mil kilómetros en un Toyota Corolla igual al mío, cargando exclusivamente etanol 100%. Vuela. Y es más barato que la nafta y me dicen que cuando se cambia el aceite, parece nuevo. ¿Avanzamos?