"La hora del sinceramiento" Editorial de Héctor Huergo en Clarín Rural del 21 junio 2014
¿Y si en lugar de tanta gambeta, tanta bicicleta, tantas palabras, pensamos en cómo pagar?
Porque, está visto, la táctica del avestruz tiene, paradójicamente, patas cortas. Ya nos vieron. Y Griesa nos dice que tampoco funciona más la del tero, que protege sus huevos (me refiero al tero hembra) con graznidos lejos del nido. Llegó la hora de sincerarse.
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Rollos en el Proyecto Liberty en Emmetsburg,Iowa
rollos y fardos cuadrados con rastrojo de maíz en la planta de etanol celulósico Liberty de Emmetsburg, Iowa
"Entre el Malba e Indianápolis" Editorial de Héctor Huergo en Clarín Rural del 14 Junio 2014
Dos eventos marcaron el pulso de la semana: el encuentro organizado por Clarin en el Malba, el primero de una serie destinada a repensar la Argentina para los tiempos que vienen; y el segundo, el FEW de Indianapolis, donde se proyecto el futuro del etanol, que es como decir el futuro de la agricultura global.
En el Malba no falto nadie, salvo el que suscribe…porque eso de que no se puede tocar la campana y estar en la procesion. Me toco dar una charla sobre etanol de biomasa frente a los lideres de la agricultura global, justo el dia del encuentro del Malba. Hay un comun denominador entre ambos eventos: el sector agorindustrial como motor de la economia. No es casual.
"La agroindustria, con el motor intacto" por Héctor Huergo en Clarin
Entre 1995 y el 2008, la agroindustria argentina experimentó un salto fenomenal. La cosecha se duplicó y el stock ganadero, pese a la cesión de tierras a la nueva agricultura, seguía creciendo hasta alcanzar el récord de 60 millones de cabezas en el 2008. Ese proceso se había desencadenado a pesar de que los precios internacionales, a fines del siglo XX, seguían presionados a la baja por las barreras proteccionistas y grandes excedentes de alimentos en el mercado internacional.
Había más vendedores que compradores. Igual, la producción crecía a tasas chinas, al ritmo de la incorporación de tecnología. Se había desencadenado “La Segunda Revolución de las Pampas”, como la bautizamos desde Clarín Rural. La primera, a fines del siglo XIX, había sido la de la conquista territorial. La segunda, basada en la innovación, en la captura de los avances en maquinaria, genética, biotecnología, nutrición de los cultivos, almacenaje flexible, etc., se desarrollaba vertiginosamente y nos explotaba en las manos.
Y, de pronto, se da vuelta la taba de los precios. Irrumpe la nueva demanda de los países más poblados del planeta, en desarrollo fulgurante. China, sus vecinos del sudeste asiático, Medio Oriente, se convierten en una aspiradora de alimentos.
En plena transición dietética, sustituyendo féculas y vegetales por proteínas animales, reclaman granos forrajeros, harina de soja y aceite. Precisamente, los productos bandera de la nueva agricultura pampeana. El impulso fue fenomenal. El enorme valor agregado de la producción de granos, a partir de los altos rindes fruto del avance tecnológico, tuvo su correlato en el downstream. Los grandes jugadores mundiales del negocio agroalimentario, que siempre estuvieron en la Argentina, aceleraron el ritmo de sus inversiones.
Hoy toda la producción puede exportarse con valor agregado.
Este crecimiento no se detuvo ni durante los dramáticos días de la caída de la convertibilidad en el 2002, con las reservas del Banco Central exhaustas. En el 2006, apenas cuatro años después del default, el ex presidente Néstor Kirchner saldó en un solo pago de US$ 10.000 millones el total de la deuda con el FMI.
Antes, con derechos de exportación del 20%, se habían atendido las urgencias sociales más inminentes. La mejora de los precios internacionales engolosinó a las autoridades, que fueron por todo. Casi se duplicó el nivel de retenciones, pasando del 20 al 35%. Y vino el intento del zarpazo final con la tristemente célebre Resolución 125. Un verdadero experimento que arrojó un resultado inexorable: f renar un proceso que no exhibía fisuras.
El campo se paró, y el país empezó a complicarse. La Argentina necesita dólares. Y los únicos genuinos vienen de la agroindustria. A pesar de la enorme transferencia de ingresos genuinos del interior al Estado nacional, el sector está intacto, todo lo que precisa es un cambio de aros. El poeta tandilense Ambrosio Renis dijo una vez: “cuando el campo está triste, las ciudades se llenan de yuyos”. El experimento K fue una simple comprobación. Ahora soplan vientos de cambio.
Gran lanzamiento de "OkaraTech Inteligencia para el Agro" el 11 de Junio en Dolores - Uruguay
Imaginar y construir la agricultura del futuro en Uruguay
Esto es lo que se propone Okaratech, una revolucionaria empresa que se lanza este 11 de junio en Dolores, Depto. Soriano, cuyo lema es “Inteligencia para el Agro” y que conjuga el poder de las Tecnologías de la Información como valor agregado para impactar de manera integral en el sector agropecuario.
Montevideo, junio de 2014- El software y el agro se unen para impulsar al país. Este 11 de Junio en Dolores se lanzará Okaratech, Inteligencia para el Agro. En el evento se conjugará la presencia de los principales actores de estos dos sectores fundamentales en la economía y productividad de nuestro país. Además de presentarse oficialmente Okaratech, se brindarán conferencias sobre tendencia mundiales en cuanto a la inteligencia aplicada al agro y visiones prospectivas sobre la agricultura de los próximos 50 años.
Entre los Directivos y fundadores de OkaraTech se encuentra Nicolás Jodal, destacada figura de la industria del Software, CEO de GeneXus Internacional (genexus.com); Marcos Guigou, reconocido empresario en el ámbito del Agro, Director de OKARA LTDA (okara.com.uy); Sylvia Chebi y Juan Angel de la Fuente, Directores de OkaraTech, ambos de reconocida trayectoria profesional; y Leonardo Cristalli, CEO de la innovadora empresa. Los conferencistas expondrán los lineamientos de Okaratech para construir el agro del futuro y presentarán las aplicaciones móviles que se disponen en este sentido.
Con Okaratech se pretende inaugurar una nueva manera de gestionar la agricultura, aplicando en su dimensión integral la “Inteligencia para el agro”. ¿Qué significa esto? La certeza de que el futuro agrícola está en la fusión del conocimiento con la tecnología de la información, y de que el mayor desafío está en administrar la enorme cantidad de datos que se generan en los agronegocios, procesarlos y convertirlos en información útil, disponible para que el productor agropecuario tome las mejores decisiones de negocios, sustentables y rentables.
Así, entonces, Okaratech se concibe como una plataforma tecnológica con aplicaciones web y móviles que no solo dará soporte al proceso productivo agropecuario, sino que también tendrá la capacidad de gestionar masivamente los datos de todo el sistema de negocios (lo que se conoce como Big Data) en una estructura colaborativa que posibilite la interacción de todos los actores del sector.
Okaratech es una empresa de tecnología que desarrolla Inteligencia para el Agro, que nace de la unión de dos pilares del país: agro más software.
OKARATech – okaratech.com