El riesgo: abuso de la soja
02/02/13
Es una buena noticia que la soja esté subiendo, ubicándose ya un 20% por encima de los precios del año pasado. También lo es el interés que ha despertado el tema en los analistas económicos de mayor renombre, que siguen atentamente los pronósticos meteorológicos y los mapas de lluvias. Saben que la evolución macroeconómica depende más de la soja que de las mismísimas barrabasadas de la conducción oficial.
El fenómeno no es que hay viento de cola. A dólares constantes, los precios son los de los años 70. Lo que sucede es que han cambiado la tecnología y la infraestructura, y entonces la soja argentina es mucho más competitiva. Veamos lo que sucede en la escena global.
La Argentina es vista en el mundo como el país más creativo en la materia. Aquí se obtienen los récords mundiales de rendimiento, gracias a la combinación de genética, manejo, aprovechamiento del agua. Y, además, nadie usa menos combustible y fertilizante por tonelada de soja producida que estas pampas, donde está generalizada la siembra directa, el uso de inoculantes que fijan el nitrógeno del aire, y la logística de cosecha gracias al embolsado en origen y destino. Y a partir de allí, el imponente proceso corriente abajo, con las plantas de crushing de mayor escala y tecnología del mundo, donde se separa el aceite de la harina proteica. Argentina lidera el mercado mundial de ambos. Y eso a pesar de que ahora la mitad del aceite se destina a biodiesel, la etapa superior de la soja.
Todo esto se va a exhibir dentro de quince días, cuando el International Convention Center de la ciudad de Durban, en Sudáfrica, reunirá a lo largo de seis días a los más reconocidos expertos internacionales de la soja. Nuestro país tendrá una importante participación, con presidentes y representantes de las Bolsas y entidades socias de ACSOJA, INTA, Universidades, la Estación Obispo Colombres y empresas del sector. Habrá un pabellón institucional, que se anticipa será uno de los stands de mayor tamaño de la feria. El pabellón es coordinado por Proargex- Proyecto Argentina Exporta y ACSOJA.
El Dr. Daniel Ploper, director de la Estación Obispo Colombres de Tucumán (un organismo público de tecnología, que funciona bajo conducción del sector privado), es desde el 2009 Presidente del Comité de Continuación de la Conferencia. Es la primera vez que Argentina consigue la titularidad del órgano de conducción del congreso más importante de la soja a escala global. Sumado a ello, investigadores y especialistas locales también mostrarán sus novedades al mundo. Por ejemplo, Nidera ya anticipó que lanzará seis nuevas variedades específicas para el mercado sudafricano, desarrolladas en la Argentina. Buena parte de la genética que se utiliza en el continente africano es de origen argentino.
Otras compañías, como Rizobacter, cuentan con operaciones propias en varios países de Africa. Hay grupos argentinos sembrando, es ya un gran mercado para silobolsas, y hay muchas empresas de maquinaria que han logrado penetrar, desde sembradoras a pulverizadoras automotrices, carros autodescargables, embolsadoras y extractores de granos.
Lo paradójico es que el tout soja de la Argentina deberá sacar sus pasajes al cambio oficial de alrededor de 5 pesos por dólar, pagando con soja que recibe un dólar de 3,20. Y para los gastos, dada la dificultad para lograr que la Afip autorice la compra de divisas, habrá que apelar a la caja de zapatos, donde los dólares valen 8 pesos. A nadie en el mundo, viajar al congreso de Durban le costará tantos kilos de soja como a los argentinos.
En los últimos años, se ha intentado vincular a la soja con la falta de sustentabilidad. No hay argumento técnico ni comercial que pueda justificar su demonización. El único riesgo, la única amenaza a la sustentabilidad de la soja, es abusar de ella. Y es un riesgo inminente.
Lo que va mal, empeora
26/01/13
Mientras la presidenta exhibía su fascinación por el liderazgo argentino en las exportaciones de biodiesel en la Conferencia Mundial de Energía (hace diez días, en Abu Dhabi), aquí se corría –y sigue corriendo-- el rumor de un nuevo aumento de retenciones.
Un absurdo, porque se exporta poco y nada desde que, en agosto, el gobierno K descubrió que esta es una “industria madura” y destruyó, de un plumazo, el trabajoso andamiaje que permitió su expansión y la consecuente contribución a la balanza comercial con 2.000 millones de dólares. Más el ahorro de otros mil en sustitución de importaciones de gasoil, a partir del corte al 7% en el mercado interno. Pero las penurias abarcan tanto al plano el externo como el interno. La realidad es que la mayor parte de las plantas (grandes, medianas o pequeñas) están paradas u operando con cuentagotas. Veamos.
En agosto pasado, se creó la Unidad Ejecutiva Interdisciplinaria de Monitoreo, a cargo de Moreno y Kicillof, interfiriendo en el manejo del área de Energía. Hoy la situación es caótica. No hay una regla que genere certeza en las operaciones.
En lo que hace a los despachos para el mercado interno, todavía no fue publicado el precio oficial de la segunda quincena de diciembre y de las dos quincenas de enero. En setiembre, al establecerse un régimen de retenciones móviles –por decreto, violando la Constitución--, se había determinado también que los precios internos se iban a modificar con una periodicidad quincenal, cosa que nunca ocurrió. Como dijimos, lo último publicado es el precio de la primera quincena de diciembre.
Por otro lado, al momento de fijarse las retenciones móviles, se había establecido que sería la referida Unidad Ejecutiva Interdisciplinaria de Monitoreo era la que iba a determinar el precio de referencia de exportación. En la práctica ese precio está fijado implícitamente en un nivel muy alto, que no condice con la realidad del mercado. Así, se genera mucha confusión, porque algunos opinan que las retenciones deben liquidarse sobre aquél precio y otros sobre el precio real, mucho más bajo. Además, la Unidad Ejecutiva Interdisciplinaria de Monitoreo suspendió los programas de B10 general y de B20 para el agro, generación eléctrica y ómnibus, en un momento en que el mercado internacional demanda poco biodiesel y la capacidad instalada en Argentina está aumentando de 3,5 a 4,5 millones de toneladas anuales para fines de este año.
El cupo interno que el Gobierno reparte en el mercado interno es muy poco y por ende, las plantas grandes, al exportar poco, terminan parando u operando en niveles inferiores al 40%/50% de su capacidad instalada, con tendencia a seguir bajando –hay algunas que están completamente paradas desde setiembre pasado-.
Sobre este panorama, apareció el rumor de que la Unidad quiere aumentar nuevamente las retenciones. Hasta julio pasado estaban en un 14,17 %, ya que había un reintegro de 2,5 %; a partir de agosto, subieron a 24% -computándose también la eliminación de los reintegros-, luego en setiembre bajaron al 19,11 % y ahora está el rumor. “Ante la situación que se vive, es fundamental que como mínimo, las retenciones vuelvan a un neto de 14,17 % como estaban hasta julio”, dice el mismo operador. Por otra parte, casi la totalidad de las exportaciones relevantes de biodiesel, se llevan a cabo con contratos a plazo. Actualmente, el plazo de los permisos es de 30 días, y resulta incompatible con la dinámica de los negocios. Un paliativo sería llevarlos a 180 días. Y se requiere una normativa que permita efectuar el pago anticipado de los derechos de exportación, congelándolos, como sucede con las operaciones de granos y derivados.
Pero ya sabemos: en la Argentina, lo que va mal, empeora. Esta es la tendencia, para una industria que, según la Presidenta, la llena de orgullo.
“Me cortaron las piernas”
19/01/13
El largo periplo de la presidenta CFK y su amplia comitiva por Abu Dhabi y Jakarta sirvió para confirmar lo que el mundo ve y le interesa de la Argentina: su enorme potencia agroindustrial. Y, al mismo tiempo, para exponer descarnadamente la inverosímil actitud del gobierno hacia este sector.
En Funes el Memorioso, Borges describe al personaje que sabía todo, que había aprendido sin esfuerzo el inglés, el francés, el portugués, el latín. “Sospecho, sin embargo, que no era muy capaz de pensar. Pensar es olvidar diferencias, es generalizar, abstraer”.
Salvando las distancias, a ciertos funcionarios del gobierno, y a su mentora, les cabe el sayo. Porque si se detuvieran un instante a analizar el mensaje recurrente, olvidarían diferencias, y se pondrían a trabajar en el sentido de la naturaleza de las cosas. No albergo esperanza alguna de algún cambio, pero por lo menos relataremos los hechos que -en un país normal y poblado por buena gente-, generarían mejores oportunidades para todos y todas.
En Abu Dhabi, al canciller Héctor Timerman le brillaban los ojos, deslumbrado por los petrodólares que le pedían puerta para entrar en el agronegocio pampeano. En la premura por dar la buena nueva, olvidó que su gobierno, hace un par de años, canceló la posibilidad de que fondos internacionales incursionen en nuestros campos.
El corralito de tierras fue impuesto por un proyecto de ley que tiró al Congreso la propia presidenta, en la “inteligencia” de que con él se metería una cuña entre las entidades del campo, el enemigo a vencer desde la derrota por la 125.
Un poderoso fondo árabe anunció su desembarco en el Chaco, hace tres años, para desarrollar el Impenetrable. Pondrían tierras en producción, llevarían agua potable a poblaciones marginales, con represas sobre el río Bermejo, que hace 150 años espera su canalización. El propio gobernador Jorge Capitanich los recibía en su despacho y firmaba un protocolo de entendimiento. La aprobación de una ley políticamente correcta, y económicamente absurda, solo para regodearse en las diferencias, remeda al “me cortaron las piernas” del futbolista que inauguraba su larga agonía. No sé cómo se van a arreglar para que se concrete el anhelo de los árabes: un gran canje de petrodólares por “sojadólares”. Saben que de la soja sale comida y biocombustibles.
Y precisamente el segundo hecho relevante del viaje (que sin embargo pasó desapercibido) fue la intervención de la propia Cristina, durante la inauguración de la Conferencia Mundial de Energía. Allí, frente al presidente de Francia y a la reina de Jordania, dijo que estaba orgullosa de la industria argentina de biodiesel, “que ha convertido al país en el primer exportador mundial”.
Ay, ay, ay, señora. Su gobierno acaba de destrozar a esta industria. Le recuerdo: en octubre le duplicó los derechos de exportación, frenando totalmente los embarques. Antes, la impericia en el manejo de la estatización de YPF provocó la reacción española, el principal comprador, quien de inmediato cesó sus compras. Luego, por presión de la UE, volvió a comprar, pero en el ínterin se filtró el biodiesel de Indonesia. Usted estuvo ahora en Jakarta, y allá se habrá enterado del interés de los indonesios por la harina y el aceite de soja. Sin embargo, son ya los principales exportadores de biodiesel de palma, que rápidamente está ocupando el lugar del de soja, cuyo abastecimiento se ha convertido en inseguro en los países serios de la vieja Europa. Se podría competir por la mayor calidad y especificaciones para el frío clima europeo (el de palma se enturbia), pero con las actuales retenciones el biodiesel argentino está totalmente fuera de competencia.
En fin, una buena forma de remedar a aquél Maradona del “me cortaron las piernas”. Se las había cortado solito. Un síndrome que alcanza al gobierno K.
Argentina se anotó un poroto
12/01/13
La Argentina Verde y Competitiva se anotó un enorme poroto esta semana: Mark Lynas, un conocido activista inglés que a mediados de los 90 organizó los movimientos en contra de los alimentos transgénicos, dijo que hoy no sólo rechaza sus propios argumentos, sino que apoya y pide mayor difusión a esta tecnología.
Es fácil imaginar la sorpresa que provocó en círculos ambientalistas este giro copernicano del escritor y periodista británico, quien se presentó en la conferencia Oxford Farming. Allí se despachó a gusto para arrepentirse de sus acciones, un inusual gesto en un gremio no habituado a hacerse el harakiri, aun cuando las evidencias sentencian de muerte al panfleto fácil.
“Lamento haber iniciado el movimiento anti-transgénico a mediados de los 90, ya que con ello ayudé a demonizar una importante opción tecnológica que puede utilizarse en beneficio del medio ambiente”, indicó Lynas, tal como recoge ALT1040. El activista confesó que hasta 2008 no había realizado ningún tipo de investigación académica ni tampoco revisado documentación sobre biotecnología. Solo tenía lo que describió como un “entendimiento personal muy limitado” respecto del tema, asegurando que sus creencias acabaron siendo sólo mitos urbanos.
Mientras tanto, durante los quince años de activismo anti transgénicos, muchos países alentaron moratorias para la aprobación de nuevos eventos. La Argentina padeció las consecuencias de estas políticas, ya que al correrse el riesgo de trabas a las importaciones, se demoró la liberación al mercado de estas innovaciones. Durante bastante tiempo se siguió una “política espejo”, hasta que se optó por liberarse del corralito europeo y se retomó el ritmo de aprobaciones. Nunca sabremos a cuánto alcanzó el lucro cesante, ni mucho menos, el enorme daño intelectual. En la Argentina, periodistas y escritores repitieron con fluidez e ignorancia los argumentos de Lynas. Ojalá ahora lo sigan en su nueva visión.
El inglés arrepentido citó cuatro principales equivocaciones: “Supuse que (los transgénicos) aumentarían el uso de productos químicos. Resultó que para el algodón y el maíz se necesita menos insecticida”. Las páginas de Clarín Rural , y este columnista lapidado por los ambientalistas, lo sostuvieron desde mucho antes que el primer maíz Bt saliera de las gateras.
“Había asumido que los transgénicos sólo beneficiaban a las grandes empresas. Resultó que miles de millones de dólares en beneficios fueron obtenidos por pequeños agricultores”. (N de la R: bueno, voy a cobrarles a ellos las regalías, aliviando la pesada carga que le signifiqué a Monsanto todos estos años…) “Supuse que nadie quería transgénicos. En realidad ocurrió que el algodón Bt fue pirateado en la India y la soja en Brasil porque los agricultores estaban ansiosos por usarlos”.
“Asumí que los transgénicos eran peligrosos. Resultó que era más seguro y más preciso que el mejoramiento convencional mediante mutagénesis”.
El periodista finalizó su polémico discurso criticando a las organizaciones a las que antes se había asociado, como Greenpeace o U.K. Soil Association, asegurando que ambas se han empeñado en ignorar la evidencia científica sobre la seguridad y beneficios de los transgénicos, al tiempo que llamó a otros movimientos en contra de estos alimentos modificados a cesar las hostilidades.
“Ustedes tienen todo el derecho a opinar. Pero deben saber que a estas alturas no son apoyados por la ciencia. Estamos llegando a un punto de crisis, y por el bien de las personas y del planeta, ahora es el momento para que puedan salir del medio y dejar que el resto de nosotros continúe con el desarrollo de la alimentación mundial sostenible”, recoge la publicación. Y remató diciendo que hay más posibilidades de ser golpeados por un asteroide que afectados por un OGM.
"Asoma la cigarra del Pampero"
La cigarra del Pampero asoma en el horizonte. El ataque a la Rural, con el intento de confiscación del predio Palermo, puso al agro en alerta. El jueves, en la combativa Azul -uno de los bastiones de la batalla por la 125- una asamblea de productores marcó que el horno no está para bollos. Difícilmente digiera otra mojada de orejas.
No es un momento sencillo. La sequía de la última campaña castigó duramente. Los precios ya no son lo que eran a mediados de año. Las intensas lluvias de los últimos meses deterioraron la calidad del trigo y la cebada, las dos alternativas invernales. Y complicaron la siembra de la gruesa. El dólar sube por la escalera mientras los costos van en el ascensor. Los precios del ganado bajaron en términos nominales y mucho más en términos reales. La leche no se actualiza y los tambos siguen acumulando números en rojo.
Pero el problema va más allá. Las penurias fiscales del gobierno K constituyen ahora la mayor amenaza. El año pasado, cuando necesitaron dólares, abrieron Roes (permisos de exportación) para 5 millones de toneladas de trigo de la cosecha que llegaba. Después, habilitaron 15 millones de toneladas del maíz que se cosecha a partir de marzo… En ambos casos, con la modalidad de pagar al contado las retenciones. En otras palabras, gastando a cuenta.
Lo hacen con más fruición que eficiencia. Ya se les terminaron esos dólares anticipados por la exportación, y ahora van por más. Pero lo hacen mientras decretan el default triguero: como la cosecha es menor que la que (ellos) esperaban, dispusieron que sólo se embarcarán 2 millones. Tremendo lío para el cumplimiento de los contratos, la programación de los embarques, la logística de los puertos, los bancos que pre financiaron las exportaciones, etc.
Pero claro, cancelar exportaciones también es un problema para la balanza de divisas. El default triguero significa mil millones de dólares menos que se esperaban ahora. Solución K: trascendió esta semana que el gobierno está apurando a los exportadores para que liquiden divisas aceleradamente. Se rumorea que quieren 3.500 millones de ahora a marzo, y otros 2.500 entre abril y mayo.
Pero una cosa son los tiempos del gobierno, y otra cosa los tiempos del sistema. Hay restricciones biológicas (los cultivos se entregan cuando quieren ellos), comerciales y financieras. Bueno, la cosecha gruesa llega en marzo.
Normalmente, los productores más avezados venden una parte de la cosecha en los mercados de futuros, pero sólo lo necesario para cubrir sus costos. Esa es la porción que los exportadores pueden programar. Pero los dólares ingresan contra el embarque. No es fácil ni son muy atractivas las tasas de interés para cualquier empresa (nacional o multinacional, por más potente que parezca) que anticipe la liquidación de las divisas. Sobre todo, porque entrega dólares y le dan pesos cuyo valor cae programadamente.
Los productores, a su vez, tienen su propia lógica. Programan sus ventas de acuerdo a sus necesidades y a su visión comercial. Así, el ingreso de divisas marcha de manera armónica con la voluntad de vender o retener. La historia indica que, cuanto más libertad y menos interferencias, más fluidez en la llegada de los ansiados agrodólares.
Pero ésto es visto por el gobierno como “retención especulativa”. Creen que el “silobolsa” es el culpable. Muchachos K: el silobolsa es una herramienta de logística. Sirve para que la cosecha no se pare por falta de camiones o porque se saturan los puertos. Evita pérdidas de cosecha, reduce costos, evita las clásicas colas de camiones o las montañas de granos a la intemperie, como en los tiempos de la Junta Nacional de Granos. En la AFIP creían que se usaban para “negrear”. Una pavada: si al final la soja llega al puerto y ahí, cada tres camiones, uno va para bancar la aventura de Aerolíneas.
O del shale gas. Cuidado con el fósforo.