"Aunque se vista de seda..."

Editorial del Ing.Agr. Héctor Huergo en Clarín Rural del 11 de mayo de 2019"

La nueva genética necesita buena nutrición para expresar su potencial sin deteriorar la relación entre los componentes de los granos.


Bajo la presión del FMI por cerrar el agujero fiscal, el gobierno cayó en una trampa peligrosa. La semana anterior había intentado modificar el esquema de retenciones, pasando de una quita fija de 3 o 4 pesos por dólar según tipo de producto, a un porcentaje del 10 a 12% según el valor de la mercadería exportada, fueran bienes o servicios.La suba del dólar había erosionado el valor en dólares de la retención y catalizó la idea, nefasta para el sector porque implicaba dos cosas: una nueva quita, y romper una vez más las reglas de juego anunciadas hace seis meses.

La intentona fracasó porque, al trascender el rumor, sucedieron dos cosas: los exportadores de la agroindustria, alertados, declararon de inmediato una carrada de operaciones (como siempre sucede, para fijar el tipo de cambio antes de que se aplique la medida. Este anticipo neutralizó parte de los efectos recaudatorios. Y además se armó un gran revuelo en todo el sector exportador, pero en particular en el agro.

Ya lo hemos dichos muchas veces: el peor efecto de las retenciones es la alteración de la relación insumo/producto. Su efecto es bajar el precio del producto, transfiriendo parte del valor al Estado. Al final del día, hacen falta más unidades del bien producido, para pagar la tecnología que se requiere para maximizar la producción. La consecuencia lineal es que provoca un menor uso de insumos. La producción es menos “intensiva” en tecnología. La tierra tiende a ser el insumo principal; menos inversión por hectárea, producción más “extensiva”. Terminamos sin reponer nutrientes, y junto con los granos exportamos tierra.

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