"Las exportaciones ya son récord, y esto recién emopieza"
Editorial del Ing. agr. Héctor Huergo en Clarín Rural del 5 de octubre de 2019
Entre agosto de 2018 y agosto de 2019 se concretaron ventas al exterior por 2.450 millones de dólares, y la tendencia promete mayor crecimiento.
Mientras el sector ganadero se indigna frente al embate del veganismo, en agosto las exportaciones de carnes bovinas sumaron el equivalente a 79.5 miles de toneladas peso res y facturaron una cifra récord de 292 millones de dólares. Es nada menos que un incremento del 46% y 33% en términos de volumen y valor.
Así lo informó el consorcio ABC, que reúne a los principales frigoríficos exportadores, en un informe que se basó en datos del INDEC. En los primeros ocho meses de este año, se embarcaron 483 mil toneladas peso res, 46% más que en igual lapso de 2018, por un monto de 1719 millones de dólares. Al agregar las menudencias, la facturación trepa a 1904 millones de dólares, 33% superiores al registro enero – agosto de 2018.El total exportado en los doce meses cerrados a agosto ascendió a 703 mil toneladas, 56% superior al correspondiente al período anterior. El monto total, récord histórico, fue de 2450 millones de dólares.
Se trata sin duda de un momento excepcional. El negocio del eterno futuro se topa con una nueva realidad, que tiene nombre y apellido: la República Popular China y su demanda insaciable de proteínas animales. Una tendencia que va más allá de la actual crisis de oferta interna ocasionada por la Fiebre Porcina Africana, que diezmó sus planteles de cerdos e impactó con subas de más del 70% de los precios.
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"Un paso sustancial"
Editorial de Héctor Huergo en Clarín Rural del 14 de septiembre de 2019
China accedió finalmente a comprar harina de soja argentina. Tras una trabajosa negociación de la diplomacia comercial, que llevó varios años, se cerró el acuerdo en Beijing esta semana. Ahora viene la etapa de la “letra chica”, con la habilitación de plantas y registro de productos, lo que llevará algunos meses. El anuncio oficial fue anticipado por el propio presidente Mauricio Macri en twitter, y los detalles los dio a conocer luego el ministro de Agricultura Luis Miguel Etchevehere.
El anuncio involucra nada menos que al producto más importante de la canasta exportadora argentina. La harina de soja se obtiene a partir del “crushing” (molturación o molienda) del poroto, proceso del que se obtiene también el aceite. La Argentina levantó en los últimos veinte años una poderosa industria de transformación, capaz de procesar 60 millones de toneladas de soja por año. Es decir, algo más que el volumen de la última cosecha, que fue récord.
"Silencio, gente pensando"
Editorial de Héctor Huergo en Clarín Rural del 10 de agosto de 2019
En los pasillos se vivía con fervor la convicción de que en estas pampas se está cocinando la agricultura del futuro. Foto: JUAN JOSE GARCIA.
El congreso de Aapresid, que sesionó esta semana en Rosario, cayó justo en los días previos a la contienda electoral de mañana. Sin embargo, el enjambre de profesionales y productores que deambuló entre las quince salas donde se dictaban en simultáneo la parafernalia de conferencias y talleres, no se distrajo demasiado.
La Argentina está liderando el proceso de transformación que requiere de manera urgente la agricultura, señalada como uno de los responsables del deterioro ambiental. Lamentablemente, algunos siguen repitiendo muletillas inconsistentes, ignorando el profundo cambio que se está desarrollando en estas pampas.
La Siembra Directa es simplemente la punta del iceberg. Como decía Zitarrosa, por debajo hay un gigante sumergido que estremece. Es hora de mostrárselo al mundo. Y facturarlo.
El congreso se llamó “30:10.000”. Un título que invoca los 30 años de vida de Aapresid, que vienen a cerrar 10.000 años de agricultura convencional.
La agricultura nació con el arado, al que hay que agradecerle los servicios prestados por haber generado la oportunidad de alimentar a la humanidad en su crecimiento incesante. Y explosivo en el siglo XX, bastante después de la profecía maltusiana.
Pero ya es hora de darle definitiva sepultura. Porque mientras fluían los granos y las carnes, también escapaban hacia la atmósfera nada menos que un trillón de toneladas de CO2.
Es lo que formaba parte de la materia orgánica de los suelos y que hoy está en el aire, generando el mayor desafío a la humanidad: el cambio climático ocasionado por el efecto invernadero.
Ya pocos niegan el origen antropomórfico, pero eso ahora no es lo más importante. Lo esencial es que sabemos que se puede revertir el proceso. Y es fantástico sentir que podemos hacerlo. Y que lo estamos haciendo aquí. Y ahora.
La siembra directa es mucho más que ahorrar gasoil y fierros. Ese es el plano económico, indispensable. Pero el plano ambiental implica mucho más. Y esto impregna el espíritu de Aapresid y en particular este año, donde las referencias a la huella de carbono estuvieron omnipresentes.
Pero también la irrupción fulgurante de los cultivos de servicio, la incorporación de nuevos conceptos de base biológica al arsenal de herramientas cada vez más eficaces y amigables. La “agricultura regenerativa”, que pareciera un reclamo de la sociedad global, es una nueva oportunidad para un país que se topó con ella en su desesperada huida hacia adelante.
"Tiene trabajo, Ministro"
Editorial de Héctor Huergo en Clarín Rural del 03 de agosto de 2019
La cartera que conduce Luis Miguel Etchevehere recupera el rango de ministerio con muchos desafíos por delante.
Hoy el presidente Mauricio Macri confirmará, al inaugurar la Exposición Rural de Palermo, que decidió convertir a la Secretaría de Agroindustria en Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca. Es una noticia que amerita una doble lectura. Veamos…
De un lado, es un contundente mensaje al conjunto de la sociedad, marcando el rumbo hacia una política de desarrollo basada en la combinación de las ventajas competitivas naturales con las que genera la tecnología. Es decir, la producción de base agropecuario. Haber rebajado la categoría de Ministerio de Agroindustria a Secretaría había sido una pésima señal. Ahora recupera el rango ministerial y hay que reconocer el gesto.
Pero la otra lectura es que se le quita al nuevo ministerio la responsabilidad sobre los temas agroindustriales. Es decir, aquello de pasar de ser el granero del mundo a ser la góndola del mundo, que es la muletilla de la gestión que encabeza Luis Miguel Etchevehere, quedaría fuera del radar del nuevo Ministerio. Aparentemente, todo lo que tenga que ver con el valor agregado y en particular con la gestión comercial de los derivados industriales de los productos primarios, quedará ahora en el ámbito del Ministerio de la Producción, que conduce Dante Sica.En realidad, esto ya estaba sucediendo, ya que desde el edificio de Paseo Colón la mayor parte de los temas de la agroindustria habían pasado a un segundo plano. O, directamente, fueron castigados, como sucedió con la suba de las retenciones a los productos industrializados de la soja (harina, aceite y biodiesel), lo que en los hechos significó una transferencia de 500 millones de dólares de la cadena al Estado. En su informe de recaudación del jueves pasado, el mayor incremento de ingresos de la AFIP-Aduana fue por derechos de exportación: subieron un 300%. Mucho tiene que ver esta cuestión.
"Abriendo surcos sin arado"
Editorial de Héctor Huergo en Clarín Rural del 20 de junio de 2019
La SD es la expresión más concentrada de la innovación, y tiene una enorme fuerza conceptual.
La Siembra Directa es la abanderada de una nueva forma de agricultura. Es una revolución fenomenal, que inauguró la era de la reversión de las externalidades negativas de la agricultura basada en el laboreo. Es lo que le ha dado el leit motiv al próximo congreso de Aapresid, “30:10.000”. Significa 30 años de Directa tras 10.000 años de arado.
La SD es la expresión más concentrada de la innovación, y tiene una enorme fuerza conceptual. No es simplemente una forma de cultivar con menos consumo de combustibles y mayor cuidado de los suelos. No es solo detener el proceso de erosión de los suelos, fruto de la pérdida de materia orgánica por el laboreo y consecuente oxidación.
La humanidad, en estos diez mil años, mandó a la atmósfera no solo miles de millones de toneladas de carbono quemando combustibles fósiles a raudales, sino también una cantidad fenomenal de carbono que formaba parte de los glomérulos de los suelos agrícolas de todo el planeta.
En la Argentina lideramos este proceso. Economía y ecología son los atributos que se ensamblan para demostrar que es posible una agricultura menos exigente en insumos y recursos, y a la vez más rendidora. Más toneladas por milímetro de agua caída sobre el cultivo. Menos litros de gasoil por kilo de alimento producido. Menos kilos de acero en maquinaria para obtener más kilos de comida para la humanidad.
Nadie en el mundo pensó hasta ahora en estos términos. El primer principio de la ecología es el ahorro de recursos. Eficiencia ambiental no es sinónimo de producir menos, sino organizar los procesos de modo de minimizar el “gasto” que no es solo el tangible económico.
Pero la ruptura paradigmática va más allá de la forma de cultivar y servir (honrando el lema que preside la Exposición Rural de Palermo, que se inicia el miércoles próximo). Impregna toda la actividad, corriente arriba y corriente abajo. Desde las sembradoras directas a las pulverizadoras automotrices, que hoy vienen con botalones de carbono, otra creación argentina que avanza en el mundo. Permitieron duplicar el ancho de labor con las mismas máquinas.
Corriente abajo, inventamos, bajo el mismo hilo conceptual, el silobolsas, donde la Argentina manda en el mundo. Al igual que la siembra directa, no es un invento argentino. Pero no pasaba nada en el mundo desarrollado, donde sobraba capacidad de almacenaje. Aquí resolvió dos cuestiones: las escasez de elevadores, y los cuellos de botella durante la cosecha. Triplicamos la producción en veinte años. Hubiera sido imposible sin el silobolsa.
"Medidas que hacen falta"
Editorial de Héctor Huergo en Clarín Rural del 13 de julio de 2019
Esta semana el Senana prohibió el ingreso de cerdos a exposiciones para reducir el riesgo de que nos entre la Peste Porcina Africana (PPA).
Dos noticias de buen impacto esta semana: la mejora del tipo de cambio para una larga serie de productos de alto valor agregado, que padecían una retención de 4 pesos por dólar; y la prohibición del ingreso de cerdos a exposiciones para reducir el riesgo de que nos entre la Peste Porcina Africana (PPA).
En el primer caso, la medida implica un fuerte aliciente a sectores sumamente castigados desde el año pasado, cuando no solo se les hizo una quita del 10% al dólar de exportación, sino que se eliminaron los reintegros. Por ahora no vuelven los reintegros, pero al menos se reduce un 25% la retención.
Dos noticias de buen impacto esta semana: la mejora del tipo de cambio para una larga serie de productos de alto valor agregado, que padecían una retención de 4 pesos por dólar; y la prohibición del ingreso de cerdos a exposiciones para reducir el riesgo de que nos entre la Peste Porcina Africana (PPA).
En el primer caso, la medida implica un fuerte aliciente a sectores sumamente castigadosdesde el año pasado, cuando no solo se les hizo una quita del 10% al dólar de exportación, sino que se eliminaron los reintegros. Por ahora no vuelven los reintegros, pero al menos se reduce un 25% la retención.
La segunda medida, decidida por el titular del Senasa Ricardo Negri, es de enorme importancia. No solo por lo que significa en sí mismo, sino porque le da visibilidad a la intención oficial de hacer todos los esfuerzos necesarios para evitar el ingreso de la enfermedad que diezmó los planteles de la República Popular China, el principal productor mundial.
La crisis de la PPA impactó de lleno en una actividad que “vale” 129.000 millones de dólares anuales en China. El cerdo es la proteína animal más demandada y los precios subieron un 70%. Esto arrastró a otras carnes, generando una interesantísima perspectiva de largo plazo para países que, como la Argentina, tienen un alto potencial de crecimiento en proteínas animales. Ya lo estamos viviendo.